6 lugares imprescindibles de Lisboa

Lisboa es una de esas ciudades en las que perderse por todas y cada una de sus calles, aporta un valor único a tu viaje.

La capital lusa ha logrado posicionarse como una de las más visitadas gracias a su gran número de atractivos turísticos además de la amplia oferta gastronómica y cultural que ofrece, un factor cada vez más determinante para los viajeros a la hora de elegir un destino.

1. Plaza del Comercio

Comenzamos la aventura en el casco histórico de Lisboa recorriendo sus calles hasta llegar a la conocida Plaza del Comercio, situada en la Baixa Pombalina y que, antiguamente, se encontraba unida al Palacio Real que fue destruido por un seísmo en 1755. 

Su construcción en forma U, permite una visión completa de la plaza y la expone como uno de los iconos de Lisboa. 

Plaza del Comercio

Se accede a la plaza por el Arco del Triunfo de la Via Augusta, y desde ahí es donde comienza realmente nuestra aventura. Además, es el centro neurálgico de la ciudad donde se encuentran los principales medios de transporte que conectan con otras ciudades y atractivos turísticos de la zona.

Una vez en el centro de la plaza, nos atrapa de manera irremediable su encanto. 

Descansar un momento en las escalinatas que asoman a lo lejos, disfrutando de las increíbles vistas que ofrece el Río Tajo, su apacible corriente, las embarcaciones, las aves y el viento, es uno de los placeres que ofrece la ciudad y que no hay que perderse.

2. El Elevador de Santa Justa

Caminando por las estrechas y sinuosas calles del centro de Lisboa, te encuentras con el Elevador de Santa Justa que conecta la Baixa con el Barrio de Chiado. Construido en 1902 al más puro estilo neogótico tiene 45 metros de altura y se ha convertido en uno de los monumentos más visitados en la ciudad. 

Lo que más llama la atención es que se encuentre enclaustrado en medio de dos edificios.

Elevador de Santa Justa

La vista desde su punto más álgido muestra la grandiosidad de una de las ciudades de referencia para el sector del turismo europeo, ofreciendo una perspectiva majestuosa de las colinas y el Castillo de San Jorge

Para mí, sin duda, la mejor opción es subir al monumento al anochecer y contemplar la ciudad inundada de luces, que remarcan su belleza.

Para acceder de manera cómoda a otras atracciones turísticas cabe destacar la importancia de adquirir la “Lisboa Card”, una tarjeta con la que se puede subir al elevador de Santa Justa gratuitamente, al igual que visitar muchos otros monumentos, un punto que debe tener muy en cuenta cualquier turista ávido por descubrir la cultura local.

3. El Barrio Alto 

Continuando nuestro recorrido, llegamos al Barrio Alto, uno de los más coloridos y espectaculares que he tenido la oportunidad de visitar. Esta zona de la ciudad goza de gran vida nocturna y está impregnada por la melodía de los Fados, el género musical más icónico del país que ameniza las calles de Lisboa a cargo de los lugareños. Además, en este barrio se encuentran ubicadas las mejores tiendas y restaurantes de la capital.

Desde el Mirador de San Pedro de Alcántara se puede contemplar el barrio de Alfama y el impresionante Castillo de San Jorge, lo que me dejó grabado en mi retina uno de los mejores recuerdos de este viaje.

Mirador de San Pedro de Alcántara

El tranvía 

Hacemos un alto en nuestro recorrido para destacar el uso del tranvía como medio de transporte, pero también como el mejor método para hacer un tour rápido y barato por la ciudad sin tener que sufrir sus empinadas cuestas.

Si lo que buscamos es adentrarnos de lleno en el destino, Lisboa ofrece la mejor manera de poder descubrirlo todo subiéndonos a sus tradicionales tranvías. Inaugurados en 1901, todavía existen tres tipos en funcionamiento. El amarillo, de los primeros modelos y el más icónico, opera la línea 28 y cruza la ciudad desde el Parque Martím Moniz hasta el Barrio Alto.

¡Una experiencia local que no te puedes perder!

Tranvía

Recorrer la ciudad en tranvía es muy sencillo y similar a cualquier de los métodos utilizados en España en el transporte público. Únicamente se debe adquirir un billete (gratuito incluso con la Lisboa Card), con un coste de 2.90€… ¡y el resto es disfrutar!

4. La Torre de Belem

Saliendo del casco histórico, nos dirigimos hacía el Barrio de Belem, para descubrir su monumento de referencia:  la conocida Torre de Belem. Declarada Patrimonio de la Humanidad y uno de los mayores iconos de Lisboa, está situada a orillas del Río Tajo. Se construyó en el siglo XVI para servir de fortaleza y proteger la entrada de la ciudad de los asedios por puerto, luego en 1580 llegó a ser una prisión política menor.

Para acceder a la Torre, es necesario recorrer un puente que transcurre sobre el río Tajo y da acceso a la entrada por el baluarte, desde su parte más alta es posible admirar una vista panorámica y diferente de Lisboa.

Torre de Belem

5. El Monasterio de los Jerónimos

El Monasterio de los Jerónimos está ubicado también en el Barrio de Belem, sobre una antigua ermita. Debe su nombre a la que fue la residencia de los monjes de la orden de los Jerónimos.

Desde su entrada hasta el claustro, se puede observar un diseño de estilo manuelino muy característico en las construcciones de la época dorada.

En este lugar se firmó el famoso “Tratado de Lisboa” en 2007, el documento que recoge un acuerdo entre Estados, y es la base constitucional de la Unión Europea.

¡Uno de los lugares más acogedores de la ciudad lusa que he visitado y que en su interior desprende paz y serenidad!

Monasterio de los Jerónimos

6. El Palacio Da Pena (Sintra) 

Desde mi punto de vista, la última parada obligatoria de nuestro viaje se encuentra a unos pocos kilómetros de Lisboa, y es el Castillo Da Pena en la maravillosa Sintra, uno de los grandes símbolos de la ciudad. Situado en un enclave privilegiado en lo alto de su Sierra , se encuentra rodeado por un espléndido jardín botánico.

¡Y no es para menos! Es un lugar que cuando recorres sus pasillos y estancias, te transporta a épocas pasadas dónde los castillos se apoderaban del espacio de forma majestuosa.

Lo más llamativo es su exterior y la gran variedad de colores reflejados en su fachada, que le otorga una distinción única, convirtiendo este monumento en uno de los más imponentes que jamás he visitado.  

Palacio da Pena, Sintra

Este Palacio fue reconstruido en el Siglo XIX, y en su interior conviven diversos estilos arquitectónicos como el gótico y el mudéjar.

Lisboa es ese destino que siempre ofrece una excusa para volver y consigue enamorar en cada visita. Sus rincones escondidos, sus fachadas llenas de azulejos desconchados, y su magnífica y renovada oferta gastronómica esperan al visitante con los brazos abiertos.

Natalia Sainz

Marketing Team

Comparte con el mundo:
Your browser is out-of-date!

Update your browser to view this website correctly.Update my browser now

×