Clermont – Ferrand, la majestuosidad de los volcanes
Clermont – Ferrand, la majestuosidad de los volcanes
Clermont – Ferrand se sitúa en el centro de Francia, a tres horas de Lyon, y tiene una población de en torno a 150.000 habitantes. Su nombre surge de la unión de dos antiguas ciudades, Clermont y Montferrand. En cuanto a la gastronomía, algunos de los platos típicos de la región son la truffade y el aligot, ambos preparados a base de patatas y queso Cantal.
Un mar de volcanes dormidos
Al buscar información en Internet antes de viajar allí, me fascinó descubrir que en medio de Francia hay tantos volcanes.
¡Alrededor de 80!
Se trata de la cadena de los Puys. Recientemente declarada en 2018 Patrimonio Mundial de la UNESCO, cuenta con formaciones de entre 95.000 y 8.400 años y con más de 30 kilómetros de longitud. En ella se pueden observar toda clase de volcanes: tipo peleanos, tipo estrombolianos o los maars, lagos formados en el cráter del volcán. Todos ellos inactivos.
El más conocido es el Puy de Dôme, que da nombre al departamento en el que se encuentra la ciudad. Es uno de los volcanes más altos de la región con 1.465 metros de altitud. Cerca de su cumbre se sitúa el Templo de Mercurio, un santuario del siglo II d.C. que era lugar de peregrinación en la época romana. Desde allí hay unas vistas espectaculares de los demás volcanes y, los más intrépidos, pueden disfrutar aún más de estos paisajes con los vuelos en parapente que despegan allí.
Entre los numerosos lagos volcánicos de la región destaca el Lago Pavin al que se le atribuyen diversas leyendas. Una de ellas habla de la antigua ciudad de Besse. Se dice que el diablo la enterró en el lago como castigo y que hoy en día si alguien tira una piedra al agua se producen relámpagos.
Los volcanes son un símbolo de la ciudad. La plaza de Jaude, un sitio céntrico y muy comercial, se localiza en el cráter de un volcán. Increíble, ¿no? Además, para los más pequeños existe un parque temático sobre los volcanes, Vulcania, en el que podrán aprender más sobre estos fenómenos naturales a través de divertidas actividades.
Acontecimientos históricos, monumentos, parques y mucho más
La construcción de la catedral gótica de esta ciudad se remonta al siglo XIII, teniendo tantos volcanes cerca, esta catedral no podía estar hecha de otro material que no fueran piedras volcánicas, a ello debe su característico color negro. Esta piedra, llamada piedra de Volvic, está presente en iglesias, casas y otros edificios de toda la región.
La catedral se encuentra en la Place de la Victoire, un lugar típico de la ciudad para quedar con amigos y tomar algo en sus numerosos bares y cafeterías.
La ciudad también está marcada por el acontecimiento histórico que tuvo lugar en la meseta de Gergovia en la que se disputó en el año 52 a.C. una batalla entre romanos y galos y que terminó con la victoria de estos últimos. En la plaza de Jaude se encuentra una estatua del líder galo que encabezó esta batalla, Vercingétorix.
Estos no son los únicos vestigios romanos que hay en la región, en la periferia de Clermont – Ferrand en la localidad de Royat, los romanos construyeron unos baños termales que años más tarde siguieron utilizando Napoleón III y la emperatriz Eugenia de Montijo. En la actualidad, solo se conserva una parte de los baños originales, aunque siguen siendo una estación termal.
Clermont – Ferrand tiene numerosos parques y jardines, cabe destacar el de Montjuzet que ofrece unas vistas espectaculares de la catedral, de la ciudad y, por supuesto, de los volcanes. Es un sitio perfecto para realizar un picnic o hacer deporte.
La importancia de Michelin
Esta ciudad es conocida por ser el lugar en el que se fundó la famosa empresa multinacional de neumáticos, Michelin, que influyó en gran medida en el desarrollo y crecimiento de la ciudad y que hoy en día sigue teniendo allí su sede central. Para los amantes de los deportes, los ciudadanos de Clermont – Ferrand son muy aficionados al rugby. El equipo de la ciudad también está muy vinculado a Michelin, puesto que se creó como pasatiempo para los trabajadores de la fábrica. Incluso existe en la ciudad un museo dedicado a esta empresa en el que se cuenta su historia.
Clermont – Ferrand es un destino tranquilo y poco conocido que combina perfectamente la naturaleza y el patrimonio.
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