“El lujo es imprescindible por su capacidad para estimular y animar los mercados” Montesquieu

El lujo se refiere a todo aquello diferenciado, único y exclusivo que se puede obtener. No responde a la demanda, no satisface los deseos de las masas ni busca posicionamiento, es un producto o servicio que se ofrece a todos pero que no todos pueden alcanzar.

Asimismo, el lujo en el ámbito del turismo toma forma en la medida que, más que en el precio, pone el énfasis en el valor, en lo que hoy en día se mide a través de la experiencia del consumidor.

Ciertamente una de las actividades más importantes que han destacado en los viajes de lujo en las últimas décadas es el turismo de compras. Según publicó la Asociación de Lujo de España en su informe 2015, España es una referencia europea en este segmento de mercado, siendo el quinto país en la Unión Europea en liderar las ventas por detrás de Francia, Italia, Alemania y Suiza. «Cada vez son más las firmas españolas que se valoran en el exterior por su calidad, innovación y tradición». El 30% de las ventas totales corresponden a los turistas extranjeros, según el primer Observatorio del Mercado Premium y de Productos de Prestigio del IE, que también posiciona la llegada de más turistas de países asiáticos.

El turismo de lujo en España

Según el informe mundial de la riqueza publicado por la consultora Capgemini, en España hay un total de 193.000 millonarios y es el país de la UE en el que más ha aumentado este segmento de población desde 2015, lo que lo convierte en un excelente nicho para ofrecer a los destinos internacionales turistas de alto poder adquisitivo que demandan servicios exclusivos.

Entretanto, nuevos turoperadores y agencias de viajes nacen exclusivamente para atender a este sector orientado al lujo y muchos destinos buscan los medios necesarios para conectar con este público, especializando sus servicios y productos turísticos, personalizándolos incluso al gusto de cada cliente según el mercado de origen de referencia.

Pero no solo se trata del turismo emisor. España es, a su vez, un destino bien posicionado en la mente de los turistas extranjeros que buscan exclusividad, lujo y experiencias únicas.

Pero, ¿qué significa turismo de lujo para los nuevos turistas y en especial para los millennials?

El turismo de lujo se abrirá hacia un nuevo campo en donde lo exclusivo y lo único será aquello que esté inexplorado, virgen, donde no todo el mundo pueda llegar, alejarse de lo masivo y compartir experiencias únicas. Este turista buscará viajes y destinos emocionales, experimentales y, si es posible, ajenos a las búsquedas en Google; alejándose de lo que todos quieren y aprovechando las nuevas tendencias que le permitan tener un poco de espacio para disfrutarlo. Es aquí donde el turista de lujo reconceptualiza su búsqueda y apuesta por destinos naturales únicos, productos y servicios con estándares que responden a la sostenibilidad (aviones verdes y hoteles sostenibles, coches respetuosos con el medio ambiente, etc.) y con el objetivo de consumir menos bienes y servicios innecesarios.

Al mismo tiempo encontramos a un turista de esta época, el millennial, que valora toda la experiencia y para quien las tecnologías son una parte importante de ella, porque si bien quieren exclusividad, también quieren divertirse y comunicarlo al mundo, darle la importancia a lo singular del momento y contar su propia historia, buscar lugares extraordinarios pero naturales que a su vez estén familiarizados con la tecnología y les faciliten la vida, permitiendo conectar todos sus sentidos a la experiencia (la llamada “senseploration”), cumpliendo la máxima de “menos es más”, suministrando todo tipo de gestiones desde un móvil (pagos, búsquedas, fotos, vídeos, registros en hoteles) y, lo más importante, dejándoles estar conectados en todo momento. Transmitiendo sus vivencias en las redes, estos mismos usuarios son los que crean y refuerzan la notoriedad de los destinos y las marcas, unos influencers y blogueros que en el sector del lujo vienen a convertirse en la voz más poderosa.

He aquí el reto de la industria para los próximos años, seguir la velocidad de estos cambios pero más aún tener algo diferenciador, hacer de lo simple lo exclusivo y volcarse con las tecnologías para capturar la atención de los consumidores, así como ajustarse a la omnicanalidad que permita la personalización hacia el cliente. Un buen ejemplo de esto, cada vez más demandado hoy en día, es el servicio de consejería personalizada, que permite romper las barreras comunes de tiempo y espacio gracias a un experto en los recursos necesarios para cumplir cualquier requerimiento de un cliente exclusivo, a cualquier hora y en cualquier lugar, convirtiendo lo aparentemente imposible en algo único e inolvidable.

Por Alfredo Ledezma

@antares273