Oaxaca, el estado más completo de México

Oaxaca, el estado más completo de México

Vista de Hierve el agua

Durante 6 meses tuve la oportunidad de vivir en la tranquila ciudad de Mérida, en México y desde allí viajar cada semana a un lugar diferente de este inmenso y encantador país. No me da reparo afirmar que el Estado de Oaxaca es uno de los más hermosos de México.

Oaxaca cuenta con la mayor diversidad biológica y cultural de México, y no está tan masificada como otros puntos turísticos como Cancún o Riviera Maya. Además, su entorno es perfecto para mochileros y una zona bastante tranquila en cuanto a seguridad.

Es un estado mágico que lo tiene todo: ciudad, mar y montaña. Sus ocho regiones parecen ocho planetas, que ofrecen un contraste de paisajes al turista más exigente. No obstante, cada uno de sus lugares comparte un nexo común: un ambiente hogareño y familiar que te atrapa desde el primer momento.

CIUDAD: OAXACA DE JUÁREZ

Oaxaca, la capital del estado, es una ciudad llena de color, tradiciones y alegría. A lo largo del segundo semestre del año se celebra el Festival de la Guelaguetza y el Día de Muertos durante los que la ciudad se viste de gala. En Oaxaca hay mucho que ver. Pero sin duda, lo más interesante es pasear por el centro al atardecer y descubrir con tranquilidad el buen ambiente que ofrece la ciudad, sus murales coloridos y los edificios coloniales.

Templo de Santo Domingo de Guzmán

Desde Oaxaca se pueden realizar varias excursiones a puntos cercanos y muy interesantes:

Una de ellas es sin duda “Santa María del Tule”, una localidad a unos 15 minutos de la ciudad «Oaxaca de Juárez». En ella se encuentra el árbol con el tronco más grande del mundo con más de 2000 años de vida. Verlo de cerca impresiona, pues según te aproximas se puede percibir la inmensidad a la que puede llegar la naturaleza.

Árbol del Tule

En esa misma excursión también se puede visitar «Hierve el agua», unas cascadas petrificadas de origen natural en medio de un valle montañoso. En la parte más alta, se forman unas piscinas donde está permitido el baño. Aunque el agua al principio está un poco fría merece la pena vivir la experiencia de un baño en este lugar idílico.

Panorámica de Monte Albán

Los amantes de la arqueología no se pueden perder la excursión a «Monte Albán», la  ciudad más importante de la cultura zapoteca de Mesoamérica. Otro lugar que no puede faltar en las bucket list es «Teotitlán del Valle», un pueblo famoso por la elaboración de alfombras y otras artesanías como velas ceremoniales. Tuve la oportunidad de participar en talleres artesanales y familiarizarme con este oficio ancestral donde pude extraer tintes de diferentes fuentes naturales como el índigo, la cochinilla y el musgo.

Taller de alfombras en Teotitlán del Valle

La gastronomía de Oaxaca es exquisita. Su plato estrella, el mole, es una salsa que existe en más de 50 versiones diferentes y que tiene ingredientes clave como el chile o el chocolate. Otros platos típicos son la carne tasajo, las tlayudas o los famosos chapulines, saltamontes que se pueden comer solos o acompañados con tortillas y guacamole.

Diferentes tipos de moles


Tlayudas

Antes de pasar al siguiente destino de la ruta oaxaqueña, una actividad  imprescindible de la ciudad es experimentar una cata de mezcal en una destilería, que ya prefiero anticipar, suele ser bastante generosa. Esta bebida alcohólica tan popular en México está hecha a base de agave, se puede encontrar en muchas variedades y se suele acompañar con sal de gusano. 

Con razón, se dice que “quién mezcal no ha bebido, nada ha vivido” y que “el tequila te enseña el corazón de México, pero el mezcal te muestra su alma”.

MONTAÑA: SAN JOSÉ DEL PACÍFICO

En la región suroeste del estado de Oaxaca, se encuentra una de las zonas montañosas más bellas y desconocidas de México, que impacta por sus paisajes mágicos de naturaleza viva.

Arte callejero en San José del Pacífico

«San José del Pacífico» es un pequeño pueblo que se encuentra a 2500 m sobre el nivel del mar con unas vistas que parecen sacadas de un cuento. Alcancé el destino fácilmente desde Oaxaca en ‘una combi’, término mexicano que se refiere a sus tradicionales autobuses. Impresiona que, en menos de 4 horas de trayecto, el paisaje cambie tanto y nos transporte a la altura de las nubes. 

Para tener una verdadera experiencia y evitar pasar frío, no viene de más abrigarse con uno de los ponchos y suéteres tejidos por las artesanas de la región.

Paseo por el bosque con poncho mexicano

Durante mi estancia me quedé en las Cabañas Rancho Viejo, un lugar alejado perfecto para desconectar y sentir la paz que transmiten las montañas. Estuve 5 días que me supieron a poco. Este alojamiento es un verdadero paraíso a tener en cuenta para los amantes del ecoturismo.

Todo el transporte de la zona se lleva a cabo en mototaxis, y a partir del segundo día ya vas conociendo a todos los conductores que siempre están dispuestos a recomendarte lugares auténticos, por ello, desde que llegas se respira un ambiente cálido y familiar.

Vista de las calles de San José del Pacífico

En San José puedes hacer infinidad de rutas de senderismo así como subir a diferentes miradores o puentes colgantes. Si buscas algo más de adrenalina también hay tirolinas en medio de los árboles, columpios extremos e incluso puenting.

Tirolina

El día en San José del Pacífico está lleno de sorpresas. En cualquier momento puede llover,  salir el sol, o te ves atrapado por sus nubes que bajan de imprevisto a la superficie.

Si te atreves a tener una experiencia más mística, te recomiendo tomar un temazcal, que consiste en un baño de vapor con fines higiénicos, rituales, terapéuticos y espirituales. El temazcal al que fui se realizó en una “choza” pequeña y lo guió un especialista local siguiendo las tradiciones ancestrales. 

COSTA DE OAXACA

Para continuar mi ruta por este increíble y diverso estado le di al play a la canción “Costa de Oaxaca” del cantautor español Leiva y dejé a un lado el poncho para dar paso a las gafas de sol y al traje de baño:

En esta zona, las playas son todo lo contrario al Caribe. No podemos pretender encontrar aguas cristalinas y calmadas, porque estaremos frente a playas kilométricas y salvajes donde pelear con las olas y surfear.

Vistas desde Playa Punta Colorada

Mi primera parada en la costa fue “Mazunte”. Aquí me embarqué en un retiro espiritual de yoga y meditación. Dudosa, y sin tener mucha idea de lo qué me iba a encontrar, me lancé a la aventura. El centro, Hidraya Yoga, cuenta con una ubicación excelente y unas vistas increíbles al mar. Tuve una experiencia muy positiva, enriquecedora y gratificante tras acostumbrarme a los baños, duchas ecológicas y comida vegana.

Retiro espiritual en Hidraya Yoga

Mazunte ofrece un ambiente bastante hippy: restaurantes vegetarianos, puestos de artesanía, mercados ecológicos y terapias medicinales alternativas.

Desde allí, el mejor atardecer que tuve la suerte de presenciar fue en «Punta Cometa», la montaña más saliente del Pacífico Sur; y la playa más curiosa la de «Zipolite», la única playa nudista de México.

Atardecer en Punta Cometa, Mazunte

Para finalizar este intenso viaje no podía faltar la famosa ciudad de “Puerto Escondido”. Esta zona se caracteriza por tener unas playas ideales para surfear, un ambiente bohemio y una animada vida nocturna. Viajaba sola pero aquí es casi imposible no hacer amigos de todas las partes del mundo.

Caballos en la playa Puerto Suelo

Mi playa favorita resultó ser «Carrizalillo», una playa escondida y pequeña a la que se accede por unas largas escaleras. En Puerto Escondido se pueden realizar actividades como el avistamiento de delfines al amanecer o un tour por la laguna de «Manialtepec» a caballo. Pero sin duda, una de las experiencias más emocionantes fue liberar tortugas en la «playa Bacocho».

Liberación de tortugas en Playa Bacocho

Es difícil volver de Oaxaca sin sentirse cautivado y con la sensación de que aún quedan rincones que descubrir, huellas que seguir y olores que atrapar porque cualquier viaje a este estado siempre será demasiado breve.

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