El sector turístico siempre está abierto a nuevas tendencias y, en el caso de las staycation y el bleisure, son dos conceptos de viaje que han abierto nuevas posibilidades tanto para viajeros como para operadores turísticos.

Llevan tiempo entre nosotros porque son dos tendencias que llegaron, en circunstancias diferentes -crisis y bonanza- para quedarse definitivamente como nuevas formas de viajar y conocer destinos, de una forma más económica que los viajes convencionales. Hasta aquí las posibles similitudes entre las staycation y el bleisure, dos conceptos que ya no son tan nuevos pero que siguen atrayendo adeptos cada año.

De hecho, a día de hoy, el hashtag #staycation cuenta en Instagram -uno de los principales canales de inspiración para los viajeros– con 8,5 millones de usuarios. Una cifra que demuestra el interés que generan este tipo de viajes, de los que se empezó a hablar en 2007, en los albores de la anterior gran crisis económica. Al fin y al cabo, staycation es el resultado de dos términos en inglés (stay: quedarse y vacation: vacaciones) y cuya traducción más aproximada es “vacaciones en casa”. No tanto en el sentido literal, sino al que se refiere en tomarse unas vacaciones en el entorno más cercano, sin necesidad de grandes desplazamientos. Una tendencia que tuvo uno de sus momentos álgidos durante los meses de pandemia, en los que había estrictas restricciones de movimiento entre ciudades y países. En 2022, con el fin de las prohibiciones y la demanda de viajes contenida durante meses, llegó la tan deseada recuperación del turismo convencional. Según el último Barómetro del Turismo Mundial de la  OMT, ya en el primer trimestre de este año los viajes han tomado impulso, con casi el triple de llegadas internacionales a los destinos respecto al mismo periodo del año anterior, lo que ha supuesto un aumento interanual del 182%. Europa ha liderado este repunte, con un 280% más de llegadas internacionales, sobre todo de interregionales. Es decir, en lo que va de año, se ha seguido manteniendo la tendencia de viajes sin desplazamientos de gran recorrido.

Staycation como alternativa al entorno cambiante

En cualquier caso, tal y como adelantaba Cloudbeds en su informe sobre Tendencias de viaje 2022, si algo ha alterado la pandemia en la forma de viajar es la creación de un entorno de demanda dinámica e imprevisible. El principio de la recuperación del turismo ha llegado de la mano de un complejo panorama político y económico lastrado, entre otros factores, por la guerra en Ucrania y sus consecuencias económicas, así como por un desajuste generalizado de los precios de la energía y las materias primas. Y sin dejar de lado los repuntes de la pandemia. Todo ello podría contribuir a un nuevo replanteamiento de los viajes y a una revisión de las expectativas, en las que las staycations vuelvan a tener cierto protagonismo. Según un artículo publicado en Hosteltur, a partir de datos de Ipsos, solo el 17% de los británicos -uno de los principales mercados emisores para nuestro país- ha disfrutado este año unas vacaciones en Europa, mientras que el 65% ha decidido apostar por un destino en Reino Unido y/o cerca de su casa. Por otra parte, las staycation van también asociadas al slow tourism y al concepto de sostenibilidad, que cada vez más se tiene en cuenta a la hora de elegir vacaciones.

Trabajo y ocio en un solo viaje

También el concepto del bleisure lleva tiempo entre las tendencias de viaje. Más vinculado a los viajes de trabajo, bleisure es la unión de business (negocio) y leisure, ocio. En la práctica, supone alargar unos días un viaje de trabajo para disfrutar del destino. Se trata por tanto de otra forma de viajar, en la que se aprovecha también para ahorrar parte del presupuesto, principalmente en el desplazamiento. Según un estudio de la consultora Report Consultant de 2019, se estimaba que el turismo bleisure generaría en 2026 1.400 millones de euros a nivel global, ya que en aquellas fechas reportaba un crecimiento interanual del 4,1%. En ese contexto, la oferta de destinos y empresas turísticas se fue adaptando para facilitar la práctica del bleisure. Como stopover gratuitas con hotel incluido, en el caso de algunas aerolíneas, o descuentos y ofertas exclusivas para quienes viajan por trabajo, como la campaña llevada a cabo por Madrid en 2017. Sin embargo, el del business travel fue uno de los segmentos más golpeados por la pandemia y, por lo tanto, también el del bleisure tal y como se había conocido hasta ese momento. 

Las previsiones de GBTA (Global Business Travel Association) sobre la recuperación de los viajes de negocio son optimistas, basándose en signos evidentes de recuperación, sobre todo de los viajes domésticos. En cuanto al bleisure, hay varios informes que lo sitúan también ahora como una de las tendencias del momento, principalmente por el auge del teletrabajo y el concepto de nómadas digitales que ha traído consigo también la pandemia. Tanto es así, que lo que las empresas se plantean, tanto antes como después de la pandemia, es cómo incluir la parte bleisure en las políticas corporativas y hasta qué punto es responsabilidad o no de la empresa lo que pueda ocurrir durante el viaje. 

En cuanto a las previsiones de este año para el bleisure, según datos de Travellyze, la plataforma de inteligencia turística de ITG, de los españoles que este año tienen intención de combinar trabajo y ocio en sus viajes, el 44,3% busca en el destino vivir nuevas experiencias. Respecto al año anterior, aumenta en un 28,8% los que se decantan por un destino que tenga vuelos directos, algo que cobra sentido si se tiene en cuenta que parte del viaje se dedica a trabajo y se prefiere conexiones lo más sencillas posibles. Se mantiene la tendencia de que el mayor porcentaje de viajeros que optan por el bleisure, el corresponde a la generación Z y millenials: el 35,1%, tiene entre 25 y 34 años. Bulgaria, Chipre y Singapur encabezan el top 3 de los destinos que han dejado mejor sabor de boca a los españoles que han optado por el bleisure.

Miriam González

PR Team