San Fermín o la importancia de los eventos culturales en el turismo mundial

San Fermín o la importancia de los eventos culturales en el turismo mundial

Los Encierros de Pamplona están en la lista de muchos viajeros que buscan experiencias emocionantes. Esta tradición comenzó en el siglo XIV como un festival religioso en honor a San Fermín, patrón de la ciudad navarra. En un principio el ritual consistía únicamente en acompañar a los toros desde el campo hasta la plaza, donde después se toreaban. Ahora, más de un millón de personas de todo el mundo viajan en julio a Pamplona tanto para observar como para participar de los encierros mostrando su valentía corriendo delante de los toros.

España es el segundo país más visitado del mundo y este evento es una de las atracciones turísticas más llamativas para los viajeros que sin duda añade muchas cifras al número total de visitantes externos.

Como canadiense viviendo en España, esta tradición me parece un poco antigua, lo que claramente es un punto de vista bastante etnocentrista. El etnocentrismo conlleva la valoración de otras culturas acorde a preconcepciones originadas en los estándares y tradiciones de la cultura de cada uno. Sin embargo, a pesar de mis percepciones iniciales, este ritual está tan arraigado en la cultura, tradición, e incluso en la religión de este país que es incluso inspirador. Antes de cada encierro los participantes realizan una oración en honor a San Fermín para conseguir su protección y guía en la carrera. Cuando acaba, las calles se convierten en una fiesta que engloba a toda la ciudad durante nueve días. Desde que sale el sol hasta que se pone, las calles de Pamplona se llenan de gente vestida de blanco y rojo, bailando y bebiendo. La energía que se siente en cada recoveco de Pamplona es única y emocionante.

Hace unos años comenzó un nuevo festival anual llamado “The Running of the Bulls at San Fermin” en Nueva Orleans. Esta celebración es una forma de traer esa emoción de Pamplona hacia Nueva Orleans con algunos cambios para adaptarse a la cultura estadounidense. Desde 2007, San Fermín en Nueva Orleans se ha celebrado a la vez que la fiesta navarra con un cambio importante: este año los participantes se visten de la manera tradicional pero no hay ningún toro real. Los toros son participantes que se disfrazan, usan patines y tienen palos de plástico con los que golpean a los corredores, llamados «RollerBulls». Todos los fondos del evento se destinan a organizaciones benéficas, una de las cuales es Animal Rescue New Orleans.

Este evento muestra que, aunque no estén del todo de acuerdo con los auténticos Encierros de Pamplona, la comunidad de Nueva Orleans replica un evento cultural extranjero y lo altera para que se ajuste a su propia ética. La diferencia entre ambos eventos es significativa, pero demuestra que, aunque haya diferencias culturales entre países, las personas trabajan duro por abrazar sus diferencias de una manera positiva.

Como canadiense que está visitando este impresionante país durante solo 7 semanas, me esfuerzo por apreciar las diferencias entre mi cultura y las ajenas a mí. Y, por lo que he visto, el Festival de San Fermín es solo uno de los muchísimos aspectos culturales que España tiene que ofrecer.

Por Maggie Hart

Travel Trade Marketing Dpt. 

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