IA Generativa: ¿Aliada o enemiga?

IA Generativa: ¿Aliada o enemiga?

La Inteligencia Artificia (IA) ya está aquí, es una realidad y no es, para nada, una moda. De hecho, es un hito tan importante como lo fue en su día la llegada de Internet o el e-commerce.

Y es que hace ya muchos años, que en nuestra vida cotidiana está presente la IA: en los chatbots utilizados por empresas, que responden automáticamente a preguntas frecuentes y pueden simular conversaciones humanas, mejorando así la eficiencia en la atención al cliente; en las recomendaciones personalizadas que nos hacen plataformas como Netflix o Amazon, basadas en el análisis de nuestro comportamiento; en los sistemas de reconocimiento facial, que utilizan algoritmos de IA para identificar y verificar la identidad de las personas a partir de imágenes; en las aplicaciones como Waze, que utilizan la IA para ofrecernos rutas optimizadas y estimaciones de tiempo de llegada, analizando datos en tiempo real sobre el tráfico y las condiciones de las carreteras; o nuestras amigas Siri y Alexa… ¡que levante la mano quien no les haya pedido o preguntado algo!

Visto esto, si bien es cierto que la IA ya es una vieja conocida para todos, ha sido con la irrupción de la IA generativa cuando han saltado las alarmas (o los fuegos artificiales, según cómo se mire y quién lo mire). Porque ¿quién no ha pensado en la cantidad de cosas que podremos hacer delegando en estas herramientas algunas de las funciones que requieren menos, digamos, “humanización” (la cual nos la reservamos para nosotros, los profesionales)? O, por el contrario, ¿quién no ha escuchado alguna vez que podría llegar a ser un sustituto del trabajo de los humanos y que, incluso, “las máquinas” podrían adueñarse del mundo?

Sea como sea, ante todo, ¡no panic! Esto también se decía cuando llegó Internet, y ahora todos lo utilizamos con la mayor de las naturalidades. Simplemente debemos ser conscientes de que no es un sustituto del trabajo de los humanos, sino una herramienta para mejorar nuestra productividad.

Llevado a nuestro campo, al de la comunicación y las relaciones públicas, vemos como la IA generativa ha ganado terreno como una herramienta poderosa. Pero, nuevamente, surge una pregunta inevitable: ¿es la IA generativa una aliada en nuestro trabajo diario o representa una amenaza para nuestra profesión al proliferar contenidos casi clónicos y deshumanizados?

La IA como aliada estratégica

Es importante no perder de vista el potencial positivo que la IA generativa puede ofrecer. En lugar de verla como una competencia, debemos aprender a aprovecharla como una herramienta que complemente y potencie nuestro trabajo, porque:

  • La IA puede manejar tareas rutinarias como la creación de borradores, la investigación preliminar o la generación de ideas, liberando así tiempo para que los profesionales nos centremos en aspectos más estratégicos y creativos.
  • Las herramientas de IA avanzadas pueden analizar grandes volúmenes de datos para ayudar a crear mensajes más personalizados y dirigidos a audiencias específicas, lo que puede mejorar la efectividad de las campañas.
  • IA también puede ayudar en la optimización de contenido para SEO, analizando tendencias y sugiriendo mejoras, asegurando que el contenido no sólo sea relevante, sino también visible en los motores de búsqueda.
  • Y, lejos de reemplazar la creatividad humana, la IA puede servir como una fuente de inspiración, proporcionando ideas que podamos refinar y desarrollar para crear mensajes únicos y persuasivos.

Manos a la obra: La importancia del prompt

Llegados a este punto, ¿cómo podemos sacar el mayor a nuestra nueva aliada estratégica? La respuesta está en el prompt, que no es otra cosa que la instrucción que se le da a la IA generativa.

Efectivamente, la calidad del resultado que obtenemos de estas herramientas depende en gran medida de la claridad y precisión con la que formulamos nuestras solicitudes.

Algunos puntos a tener en cuenta a la hora de formular un prompt:

  • Claridad y especificidad: Cuanto más claro y específico sea el prompt, más preciso será el resultado. En lugar de pedir simplemente «ideas para un artículo de enoturismo”, podríamos decir «ideas para un artículo para promocionar el enoturismo en España entre un público de entre 30 y 55 años, con poder adquisitivo medio, medio-alto». Esto ayudará a la IA a entender el contexto y a generar propuestas más alineadas con nuestras necesidades.
  • Contexto: Si proporcionamos suficiente contexto en el prompt la IA comprenderá mejor el objetivo final. Para ello, podemos incluir información relevante como la audiencia objetivo, el tono deseado o el propósito del contenido, lo que seguro marcará una gran diferencia en la calidad de la salida generada.
  • Revisión y refinamiento: Es más que probable que el primer resultado no será perfecto, y es aquí donde la iteración entra en juego. Al afinar el prompt y probar diferentes formulaciones, podemos guiar a la IA hacia un resultado más satisfactorio (y además favorecemos que la IA siga aprendiendo).
  • Supervisión: Aunque la IA generativa puede ser muy útil, no debemos olvidar que requiere supervisión humana. Un prompt bien diseñado minimiza el margen de error, pero siempre es necesario revisar y ajustar el contenido generado para asegurar que cumple con nuestros estándares de calidad y, ante todo, que la información sea veraz.

Aplicando estas pautas será fácil transformar la IA generativa en una herramienta que no sólo optimice nuestro trabajo, sino que también potencie nuestra creatividad, permitiéndonos enfocarnos en lo que realmente importa: la estrategia y la innovación.

Cuidado con las líneas rojas que no hay que saltarse:  La importancia del equilibrio y el criterio

La primera premisa que hay que interiorizar es que la IA generativa puede ser una poderosa aliada para los profesionales de la comunicación y las relaciones públicas, siempre y cuando se utilice con criterio y supervisión. No debe verse como un reemplazo del talento humano, sino como una herramienta que permite optimizar procesos y mejorar la calidad del trabajo final. La clave está en encontrar un equilibrio donde la creatividad humana y la precisión tecnológica trabajen en conjunto para lograr resultados excepcionales.

Ya hemos comentado anteriormente que la IA no es infalible, especialmente cuando se utilizan versiones gratuitas y, cuando no sabe algo (o no lo encuentra) a veces se lo inventa. Sí, habéis leído bien: SE LO INVENTA. Y aquí viene la primera línea roja que no hay que cruzar: nunca deis por sentado que algo sea verdad porque lo dice la IA.

Pero, si no nos podemos fiar de lo que nos dice ¿cómo se supone que nos ayuda?, os preguntareis. La respuesta la encontramos en el punto anterior, donde hablábamos de la IA como aliada estratégica: Nos ayuda porque puede darnos ideas para enfocar un contenido, o una campaña, o inspirarnos con ideas originales, o con un titular o un eslogan que se nos ha atascado… pero, a partir de esas “ideas” proporcionadas por la IA, nuestro trabajo es fundamental a la hora de darle forma y crear el contenido final sabiendo separar la paja del heno. ¿O es que ahora de repente nos creemos todo lo que vemos en Internet? Apliquémoslo también a la utilización de la IA generativa, por favor.

Y todo esto nos lleva hasta la segunda premisa, en la que vemos el futuro de la comunicación y las relaciones públicas como ese en el que la IA y los profesionales humanos pueden coexistir y complementarse mutuamente, creando un entorno más eficiente, pero también más exigente en términos de calidad y autenticidad.

Así, volviendo al inicio y para cerrar el círculo, la pregunta no es si la IA es amiga o enemiga, sino cómo podemos convertirla en una aliada que nos impulse a ser mejores en lo que hacemos.

Bonus track – Algunas herramientas basadas en la IA generativa 

No quiero concluir sin hacer un repaso a algunas de las herramientas de IA generativa que van apareciendo y que pueden ser muy útiles en el trabajo diario de los profesionales de la comunicación y las relaciones públicas. Las hay que ofrecen diferentes prestaciones en sus versiones gratuitas y de pago, por lo que la elección dependerá de las necesidades específicas del usuario y del tipo de trabajo que se realice. Evidentemente hay muchísimas más, pero esta es una pequeña selección que estimo puede ser interesante como una primera aproximación:

ChatGPT (OpenAI): Sin duda, la más conocida. Es ideal para generar borradores de contenido, responder preguntas comunes de clientes, o incluso sugerir titulares. Su flexibilidad la convierte en una herramienta versátil para múltiples tareas de comunicación. Existe versión gratuita y premium.

Chat PDF: Permite a los usuarios cargar documentos PDF y realizar preguntas sobre su contenido, facilitando la extracción de información relevante de manera rápida y eficiente.

Copy.ai: Esta herramienta está diseñada específicamente para la redacción publicitaria y la creación de contenidos, ofreciendo opciones rápidas para generar eslóganes o descripciones de productos, entre otros.

Gamma: Permite crear presentaciones de Power Point visuales de manera intuitiva a partir de texto.

Grammarly: Aunque no es una herramienta generativa en el mismo sentido que las anteriores, Grammarly utiliza IA para mejorar la calidad del texto, ofreciendo sugerencias sobre gramática, tono, y claridad.

Perplexity: Motor de búsqueda basado en IA que utiliza modelos de lenguaje avanzado para ofrecer respuestas precisas y detalladas a consultas complejas, integrando información de diversas fuentes.

PlayGround: Muy útil para la generación de imágenes a partir de descripciones textuales. Ofrece opciones para personalizar el estilo y los elementos visuales, facilitando la exploración de la creatividad a través de la inteligencia artificial.

Writesonic: Está enfocada en la creación de contenido optimizado para SEO, ayudando a crear artículos de blog, anuncios y otros materiales promocionales que necesiten alta visibilidad y posicionamiento en buscadores.

Ana Martín Soriano

PR Manager

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