Málaga, una ciudad con mucho arte

Atardecer en Málaga

Región de Pablo Picasso, pasando por Antonio Banderas o Pepa Flores, aka Marisol. La Costa del Sol, mundialmente conocida por su turismo de playas infinitas y chiringuitos llenos de música y gastronomía deliciosa, es un destino perfecto para disfrutar cualquier época del año o directamente para mudarse allí y vivir como un ‘digital nomad’. Porque la Costa del Sol roba el corazón a cualquier viajero gracias a su luz, su brisa fresca que mezcla el Atlántico con el Mediterráneo y el estilo de vida relajado, sin prisa, pero sin pausa de su gente.  

Una ciudad accesible por la que perderse entre sus calles

Málaga es la capital de la provincia de la Costa del Sol, una ciudad que está muy bien conectada, se puede llegar en coche, avión o tren. Para esta ocasión viajé en AVE gracias a la buena conexión que hay desde Madrid. Con un agradable viaje de 2 horas y media, en el que puedes contemplar paisajes diversos, desde los colores tierra de Castilla La Mancha, a los verdes de diferentes puntos de Andalucía, hasta llegar a la estación de Málaga María Zambrano.  

Málaga es ciudad en la que todo está a mano, me atrevería a decir que todo lo que visité estaba a 20 minutos caminando. Una ventaja para poder patear la ciudad y descubrir rincones con encanto. Mi hotel se encontraba en el centro histórico, cerca del Museo Carmen Thyssen, de obligada visita para deleitarse con los cuadros de grandes pintores españoles como Sorolla o Zurbarán. Además, el museo está situado en una residencia nobiliaria del siglo XVI y cuenta en su interior con vestigios arqueológicos de una villa romana. 

El casco histórico de Málaga aguarda grandes sorpresas para aquellos visitantes primerizos, como yo, y grandes recuerdos para aquellos que vuelven a visitarla. Callejeando puedes encontrar el precioso Mercado Central de Atarazanas, declarado bien de Interés Cultural en 1979, de estilo nazarí. Donde puedes saborear producto local en los diferentes puestos que hay. Siguiendo este recorrido, a escasos metros se encuentra otro precioso edificio digno de admirar, se trata de Sagasta 5 Guerrero Strachan. Una edificación cuya torre circular llama la atención por su estilo regionalista, muy típico en la zona de Andalucía, con diferentes motivos árabes que hacen referencia al antiguo pasado de la ciudad. 

Vistas desde la Alcazaba

Un legado histórico imponente 

Otros puntos de interés turístico están localizados en el centro histórico. Como es el caso de la Catedral de la Encarnación de Málaga, una joya del renacimiento español, que hasta el 2012 fue el segundo edificio más alto de Andalucía, solamente superado por la Giralda de Sevilla. Este imponente edificio llama la atención a cualquier viandante, por sus diferentes decoraciones y ornamentaciones, y sobre todo porque una de sus torres está inacabada. Hay diferentes leyendas sobre por qué está así la Catedral. Unos dicen que fue por la escasez de dinero durante su construcción, otros indican que fue por la financiación de la Guerra de la Independencia de EEUU con fondos públicos de la ciudad de Málaga. Sea cual fuere la causa, es una característica que dota de singularidad y belleza a este edificio.  

No muy lejos de allí, se encuentra el Museo Picasso, imprescindible de visitar para descubrir el legado y vida de su pintor más famoso, también el Teatro Romano y la Alcazaba. Ambos puntos están muy cerca y se visitan con un agradable paseo que te transporta a otra época hasta llegar hasta el Castillo de Gibralfaro. Durante este recorrido hay diferentes miradores con vistas a la ciudad donde se puede divisar la inmensidad de Málaga y de la Costa del Sol, ya que también se puede ver a lo lejos Torremolinos o Benalmádena.  

Más que un destino de sol y playa  

Visitar la capital de la Costa del Sol es disfrutar del mar, el buen tiempo su rica gastronomía. La Malagueta es la playa emblemática de la ciudad, acompañada por diferentes puntos de espetos, tradición y religión foodie de la zona. Cerca, en el Muelle Uno, se localiza una zona de bares y restaurantes donde se puede disfrutar de una bonita puesta de sol con vistas hacia el puerto de la ciudad. Además, cuenta con el Centro Pompidou, la primera sede del conocido museo parisino fuera de Francia. Es muy fácil de localizar, gracias a que encima de su entrada tiene un cubo de cristal con varios colores, situado entre los Muelles 1 y 2 del puerto. Una localización privilegiada frente a las aguas de la Bahía de Málaga.  

Playa de La Malagueta

Por esta zona hay que dejarse llevar por el ambiente de los restaurantes y los músicos callejeros que hay repartidos por todo el Paseo del Muelle. Que tiene una estructura blanca vanguardista que acompaña el diseño del Centro Pompidou. Este recorrido te lleva hasta el centro de la ciudad, punto donde se puede saborear y disfrutar de la gastronomía malagueña. Dentro de mis favoritos, me quedo con el famoso Bar El Pimpi, una bodega icónica en la ciudad con más de cincuenta años de historia. Dentro de este lugar puedes encontrarte con los típicos patios cordobeses, ya que sus fundadores eran de Córdoba, y diferentes toneles con la firma de famosos artistas. También quiero destacar la Taberna Cofrade Las Merchanas. Si hay algo que caracteriza a la ciudad es su famosa Semana Santas y sus pasos. Este bar está inspirado en toda esa tradición. Muy recomendable para visitar y disfrutar de sus ricas tapas. 

Bodega El Pimpi

Tras mi visita a Málaga me llevo otra imagen de la ciudad, el encanto de sus calles y gente hacen que quiera volver a visitar al menos una vez al año. 

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