Exterior de la parroquia en Guanajuato
Sus icónicas casitas de colores, iglesias y museos no dejan indiferente a nadie. Sus calles son míticas, su gente amable y su gastronomía le hace la boca agua a cualquiera. Guanajuato es un estado que combina lo mejor del encuentro de dos mundos por su herencia colonial e indígena. En cada esquina encontrarás historias que te robarán sonrisas.
Las icónicas casitas de colores en Guanajuato
Guanajuato es pequeño y seguro para el turista, la ciudad es ideal para viajes en solitario, en familia o en pareja. Visitar el Mercado de Hidalgo y atreverse a probar los famosos tacos y dulces típicos como las “Glorias” (dulce de leche de cabra con nueces molidas) o literalmente perderse en su variedad gastronómica. Su fachada capta la atención de los paseantes como una postal imprescindible. Está hecha en cantera rosa y su decoración contempla 10 arcos. Su estructura es muy diferente a la de un mercado convencional porque inicialmente se pensó como estación de ferrocarril.
El Mercado de Hidalgo
Una parada obligatoria para los amantes del arte es la Casa Museo Diego Rivera. Este museo se creó en 1975 en la casa donde nació el pintor mexicano. Aquí se puede conocer su historia personal, sus inicios y recuerdos familiares. Otra cita importante es visitar el Teatro Juárez, en el recorrido se aprecia su gran sala con cortinas rojas y los detalles moriscos de sus balcones que le hacen ser uno de los teatros más bellos del mundo. En el Teatro Juárez tiene lugar cada año el Festival Internacional de Cine de Guanajuato y el Festival Cervantino, ambos de reconocimiento mundial.
Teatro Juárez, uno de los más bellos en el recorrido por Guanajato
Dependiendo de la época, el calor apremia en la ciudad. En su corazón se puede estar en una de las terrazas situadas a la sombra del Jardín de la Unión. La limonada en Guanajuato se hace con limón autóctono, una especie muy dulce y muy típica de la región. Cerca de este oasis céntrico se encuentra el restaurante del Hotel Edelmira, sus “Enchiladas Mineras” no dejan indiferente a nadie y es uno de los platos más emblemático del estado. Para los gourmet es imprescindible hacer la ruta del vino o del tequila. Guanajuato es parte del Bajío Mexicano, la zona donde se cultiva el agave y se produce tequila.
Subir al Mirador Monumento del Pípila, ver el atardecer y tomar una rica michelada viendo el skyline de la ciudad, no tiene precio. Alrededor de las 8 de la tarde se realiza una actividad llamada “Callejoneadas” y que consiste en un pequeño recorrido acompañado por una “Estudiantina” que visten como la tuna española, con trajes de terciopelo negro y cintas de colores. Esta especie de tuna mexicana va contando las curiosidades de los callejones más famosos de la ciudad como “El Beso” y su leyenda de amor. Otra curiosidad que hace especial esta actividad es que a las mujeres se les entrega una rosa y a los hombres un purrón, una especie de jarrito de barro con una bebida para disfrutar durante el trayecto.
Monumento y Mirador del Pípila, Guanajuato
El callejón “El Beso” y su leyenda de amor
Guanajuato enamora y un solo viaje no es suficiente. Este lugar es como el mezcal, hay que tomárselo a besos… y querrás” volver, volver, volver” como dice la canción del maestro José Alfredo Jiménez y autor de “El Rey” una de las canciones mexicanas que ha dado la vuelta al mundo.
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