Puerto Rico, sentirse como en casa en el Caribe

Puerto Rico, sentirse como en casa en el Caribe

Vistas aéreas de San Juan en Puerto Rico

En octubre de 2019 viajé a Puerto Rico como parte del primer viaje internacional de prensa organizado por Discover Puerto Rico y que reunió en San Juan a un grupo de periodistas llegados desde Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Colombia y España.

Mis compañeras de viaje en esta ocasión fueron María Muñiz, redactora de Womens’ Health y Harpers Baazar, y la periodista y fotógrafa de gastronomía Macarena Escrivá, colaboradora de publicaciones como VIAJAR, National Geographic o Traveler. Durante cinco días pudimos disfrutar de la arquitectura colonial del Viejo San Juan, la eterna música en sus calles, su gente alegre y calurosa, sus cócteles de bienvenida y los saludos en español, las últimas tendencias del arte urbano y movimientos gastronómicos como el “farm to table” (de la granja a tu mesa).

Hay que remontarse a los tiempos del segundo viaje de Cristóbal Colón a las Américas en 1493 para encontrar el origen de lo que hoy es la capital de Puerto Rico, San Juan. De aquella época pasada queda hoy el que sin duda es todo un símbolo de la ciudad, el Castillo de San Felipe del Morro. Esta fortificación visible desde la amplia bahía de San Juan es un icono de la capital de Puerto Rico y sus garitas comparten espacio en las postales con las imágenes de las coloridas casas coloniales del Viejo San Juan y las exóticas playas de la isla. El Morro (como se le conoce popularmente) fue durante más de quinientos años un puesto militar estratégico importante para España y más tarde para Estados Unidos y hoy es un museo abierto al visitante. Más allá de sus murallas se extiende un agradable paseo que te llevará a pie hasta el Viejo San Juan pasando por barrios de pescadores como la Perla y con excelentes vistas sobre el Océano Atlántico.

Paseo en el Morro de Puerto Rico


Calle Viejo de San Juan en Puerto Rico

Una vez en el Viejo San Juan es imposible escapar a la belleza de su arquitectura, sus casas de estilo colonial de vivos colores se asoman a las calles adoquinadas a través de balconadas de madera y es fácil escuchar la animada música que a través de los patios y las ventanas se oye a todas horas del día. Pasear por el Viejo San Juan muy temprano en la mañana es un ejercicio que recomiendo para vivirla en soledad y disfrutarla mientras los comercios, bares y restaurantes se recuperan de los excesos de la noche. Si además tienes la suerte de alojarte en el Hotel El Convento, situado en pleno casco antiguo, podrás sentirte parte de la rica historia de esta ciudad. Dicho hotel, que forma parte de la Colección de Hoteles Históricos de Estados Unidos, fue un convento de las carmelitas españolas fundado en 1651 y tras unas décadas de abandono fue comprado en los años sesenta por el millonario Robert Woolwort. Hoy aún conserva algunos elementos decorativos originales como los azulejos andaluces, sus pilas bautismales o la madera de caoba original de sus mesas en la sacristía.

El plato puertorriqueño más tradicional, el Mofongo


Recorrido gastronómico por el restaurante calle Loiza

Para comenzar un paseo por el Viejo San Juan recomiendo tomar fuerzas con un desayuno en el café Don Ruiz. Sus granos llegan directos desde los cafetales de la región de Yauco y sus ensaimadas recién hechas son una inyección de energía necesaria. ¡Hay muchos lugares en el Viejo San Juan donde degustar la gastronomía típica! Desde el modesto restaurante Deaverdura, donde su propietaria Vilma te enseñará a elaborar el tradicional mofongo, al restaurante Mezzanine, ubicado en la que fue casa del revolucionario Albizu Campus, donde preparan algunos de los mejores cocteles de la isla o El Princesa gastrobar, donde además de degustar una cocina local de fusión podrás ojear el primer libro de recetas de Puerto Rico expuesto en su salón.

Admirar el arte urbano en la muralla Santurce

Más allá del Viejo San Juan, la vida en la capital se vive en sus barrios. Caminar por Santurce te ofrece la oportunidad de admirar numerosas obras de arte urbano actual y acercarte a lo último de la escena artística. En la calle Loiza te esperan sorpresas en forma de nuevos locales gastronómicos y tiendas que ofrecen productos de cercanía llegados de granjas y huertos del interior de la isla. Y por supuesto las playas inmensas y bellas en Condado o en Isla Verde.

Vista panorámica de la Cueva Ventana

Tras unos días dejándonos seducir por el ritmo caribeño en San Juan viajamos al norte de la Isla. A tan sólo una hora y media se encuentra Cueva Ventana, un refugio de vida silvestre y morada de los primeros pobladores de Puerto Rico, los tainos. Su nombre se debe a su impresionante vista panorámica elevada sobre el valle de Arecibo.

Las máscaras de coco del Señor Ayala


Compartiendo recetas con Lula

Pero el mejor broche para este viaje fue sin duda nuestra visita a Loiza, una pequeña localidad al Este de San Juan. Fue una suerte compartir recetas con la cocinera octogenaria Lula, bailes y ritmos de bomba con Sheila, conocer cómo elabora sus máscaras de coco el señor Ayala o entrar en la casa y estudio del pintor Samuel Lind. Porque eso es Puerto Rico, un lugar donde sentirte como en casa en medio del Caribe.

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