El Turismo Familiar, un segmento en alza

El Turismo Familiar, un segmento en alza

Un estudio de Visa INC junto con Oxford Economics del pasado año revelaba que en el 2025 alrededor de 282 millones de familias en el mundo planificarán al menos un viaje internacional al año, lo que supone casi un 35% más que en 2015. El nacimiento de una nueva clase media viajera e itinerante, que dedicará cada vez más parte de sus presupuestos familiares a los viajes, el envejecimiento de la población y la mayor conectividad, son las tres razones/causas de este considerable crecimiento.

Entre los datos relativos a nuestro mercado, el informe concluye que las familias españolas con ingresos anuales superiores a 18.000 euros representaron el año pasado el 94,9% del gasto en viajes internacionales, mientras que el 5,1% restante correspondió a familias con ingresos superiores a 135.000 euros anuales. En 2025 el 70,2% de los viajes internacionales serán realizados por personas con edades comprendidas entre los 35 y los 64 años.

Si lanzamos una mirada sobre el perfil de las familias españolas (obtenido de las conclusiones del Congreso Internacional de Turismo Familiar de la Federación Española de Familias Numerosas) nos encontramos con que el turismo familiar tiene una estacionalidad muy clara: las vacaciones escolares, siendo los fines de semana, puentes y vacaciones de verano los principales momentos del viaje seguidos por Semana Santa y Navidades. Las familias españolas realizan más de 4 viajes familiares al año (4,3), el gasto anual de media de las familias invertido en turismo es de 4.500 euros, que suele corresponder con los gastos de alojamiento, transporte, alimentación y actividades.

Entre las actividades elegidas por las familias en sus viajes nos encontramos en primer lugar con propuestas al aire libre, seguidas de playas, cultura y parques de ocio y atracciones. Preferiblemente se alojan en hoteles y casas rurales para viajes de corta duración y también hoteles, apartamentos y campings para los de larga estancia. El boca a boca al igual que las opiniones de amigos y familiares son el principal motivo prescriptor a la hora de elegir destino, alojamiento o actividad.

Sin duda, se trata de un nicho muy jugoso para todo tipo de empresas turísticas, desde aquellas que se dedican a la infraestructura o logística en cualquier etapa del viaje hasta los mismos destinos turísticos que necesitan hacer valer su oferta ante un público tan apetecible. Sin embargo, aunque pueda parecer una tarea sin demasiada complicación, el concepto de familia también ha cambiado mucho en las últimas décadas (recientemente hemos descubierto a las PANK, mujeres profesionales sin hijos y con capacidad económica alta pero que deciden llevar de vacaciones a sus sobrinos).  No se trata sólo de dar un servicio tipo para este perfil, sino de saber adaptarse a las diferentes necesidades de esta demanda fragmentada.

Ya existe un turismo especializado en familias y muy concentrado en actividades como los parques de atracciones o los hoteles con programas de entretenimiento para niños y jóvenes. De hecho, en estos casos, los niños son los principales causantes de la toma de decisión en el momento de elegir el destino de las vacaciones familiares. Pero ¿qué pasa con aquellas familias que decidan hacer otro tipo de turismo? En este caso, es totalmente necesario el desarrollo de estrategias basadas en la flexibilidad y capacidad de adaptación en varias áreas.

Por un lado, en cuanto a tarifas, a partir de 12 años los niños pagan como adultos en casi todos los servicios, ¿por qué no una tarifa joven para muchos de ellos, realmente un niño de 12 años consume como un adulto? Y no sólo eso, la mayoría de los precios especiales que se hacen para familias son para cuatro miembros, dos adultos y dos niños… y ya hemos hablado antes de la necesidad de acomodarse a los nuevos modelos de familia. También hay que desarrollar esfuerzos para la adaptabilidad de instalaciones no solo en lo relativo alojamientos sino en otros tipos de edificios culturales, de entretenimiento, etc…

La oferta cultural y de entretenimiento adecuada para este segmento también es fundamental. Los destinos cada vez son más conscientes de la necesidad de desarrollar estas áreas, de hecho, no hay oficina de turismo que no se venda como destino ideal para familias, sin embargo, una vez que analizas las actividades que promocionan, éstas se limitan a contemplar el turismo de sol y playa o una “versión light” de actividades para todos los públicos.

Es muy importante que todos los implicados en el sector turístico que quieran captar a este “apetitoso y productivo” segmento de la sociedad tengan en cuenta que en el turismo familiar cobra más importancia el producto que el destino en sí mismo. 282 millones de familias son un número muy alto de viajeros que vivirán, experimentarán y, sobre todo, recomendarán (o no) su último lugar de vacaciones.

Por Mónica Bonilla

@MonicaInterface

Mónica Bonilla B&N

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